Desde hace 2 semanas, una fuerte hambruna azota a una
familia de una pequeña localidad asturiana. A priori, se podría pensar que son otra
de las víctimas de la crisis financiera, pero no son problemas económicos los
causantes de esta precaria situación, sino una “ida de olla” en el sentido más
literal de la expresión.
El puchero, una olla a presión modelo Dillkött comprada en Ikea, se escapó del hogar donde servía durante la madrugada del
viernes 16 al sábado 17 de septiembre. Según apuntan los informes policiales, la
fuga podría deberse a las malas condiciones de trabajo a las que estaba
sometida, “y es que no he visto en la vida una cocina con más mierda”,
declaraba el agente al frente del caso.
“Como no podíamos cocer la comida, pensamos que tendríamos
que comer frito hasta encontrar la olla” comentaba el padre de la familia. Pero
la fuga ha desencadenado una revolución entre los demás componentes del menaje.
“La sartén se negó a calentar el aceite al día siguiente, así que intentamos
comernos las croquetas directamente de la bolsa, sin descongelar ni nada. Fue
tan desagradable, que preferimos pasar hambre antes que probar otro invento de
esos. Además, ñam ñam ñam…” – contaba mientras masticaba el micrófono de un
reportero.
“Exigimos una condiciones de trabajo dignas: que nos
frieguen después de usarnos y no tras varios días; o que usen cucharas de
madera para remover la comida y no metálicas que dañan nuestro antiadherente”,
reclamaba una paellera, líder de la revolución, dándose golpes con un tenedor y
utilizando el código Morse.
La familia ha colgado anuncios por toda la región y por las
redes sociales, ofreciendo una recompensa por cualquier tipo de información
sobre la olla. Según un vecino de la localidad “es una idiotez todo esto de los
carteles, ya que por menos dinero pueden comprarse una olla nueva. Además, si
la otra no quiere trabajar, que contraten a una de tantas paradas que hay ahora
por culpa de la crisis. A todos nos gusta un trabajo cómodo y bien pagado, pero
en tiempo de guerra, no hay pan duro”.
Antes estas palabras, los miembros de la familia han
respondido salivando, al ser mencionado el pan.
Pues te puedo asegurar que en casa está a punto de pasar algo de esto ya que cada día que pasa tenemos menos ganas de limpiar y de cocinar.Asi que tendremos que comer pan y longaniza y de postre pan y chocolate.Va a ser mejor que comprar un lavavajillas
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